miércoles, 8 de septiembre de 2010

'Educomunicación': participación ciudadana y creatividad

En primer lugar, debemos dejar patente que la educación es un derecho humano y por tanto la educomunicación también lo es.

Lo que a mí, personalmente, me sugiere este término es la idea de que los medios de comunicación transmitan a la audiencia una información veraz, eficaz, concisa y contrastada que sirva de base a los ciudadanos para reflexionar y desarrollar un pensamiento crítico, así como tomar conciencia de la realidad que les rodea.

La potenciabilidad de los medios debe ser utilizada para educar y socializar a la audiencia, así como hacerles partícipes del proceso comunicativo (retroalimentación) y, de esa manera, cumplir con su labor como servicio público.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. La información es sobreabundante, y lo que prima es la inmediatez. Es decir, se valora más una noticia de poca significación informativa a tiempo que otra de una significación mucho mayor a destiempo.

Los medios son los encargados de decidir qué contenidos van a estar en el candelero (teoría de la Agenda Setting), dejando otros muchos de lado. Con esto quiero decir que focalizan la atención de la audiencia hacia unos temas determinados creando una determinada opinión pública. Opinión que desde el punto de vista educativo debería estar basada en la madurez y responsabilidad para propiciar el diálogo público característica de las sociedades pluralistas.

Según Roberto Aparici y Jordi Torrent, autores de este artículo, la educomunicación hace referencia a un movimiento que se dio en distintas partes del mundo, con diferentes matices, durante la década de los 50 y 60 del siglo pasado. Dependiendo del contexto en el que nos hallemos, hablaremos de educomunicación o, en el caso anglosajón, media literacy, aunque últimamente la UNESCO se ha inclinado por identificar esta práctica pedagógica como media and information literacy. Aún así, ambos autores coinciden en que se trata de una terminología que genera mucha confusión y que, dependiendo del lugar, se relaciona con "individuos mediaticamente alfabetizados", "educación de las audiencias" o "recepción activa", entre otros conceptos.

Como todo proceso, ha pasado por diferentes etapas. La etapa actual, la que nos ocupa, marca el fin de la relación emisor-receptor, ya que los que antes eran receptores ahora participan en el proceso de elaboración informativo a través de canales canales como blogs, cartas al director, etc.

Por tanto, debemos aprovechar las oportunidades que internet nos ofrece a través de los distintos soportes digitales para hacernos oir.

Por otro lado, los autores apuntan que una sociedad en la que no se lleve a cabo la educomunicación y, por tanto, no se valga de las plataformas digitales, será una sociedad de analfabetos digitales que no sabrán desenvolverse en el contexto del mundo de los bytes y que, en consecuencia, serán más susceptibles a la persuasión. Es por esto que existe la necesidad de incluir la educomunicación en nuestro sistema educativo como una asignatura más.

1 comentario:

  1. No creo que sea ese el significado de educomunicación. Los medios pueden informar como quieran, es el receptor el que tiene que dotarse de herramientas para saber cuando esa información es o no correcta, o está manipulada. Como indicas al final del artículo esto permite al ciudadano (y no al sujeto pasivo) no ser persuadido y ser crítico con la realidad que lo rodea.

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